El otoño prolongado y los inviernos suaves favorecen la hibernación y la proliferación de plagas. Es el momento de prepararse para las plagas y garantizar una cosecha sana el año que viene.

Los hongos, bacterias y patógenos aéreos aumentan en número a medida que bajan las temperaturas en esta época del año y pueden invadir las plantas de hoja caduca a través de las pequeñas cicatrices causadas por la caída de las hojas. Los patógenos también pueden penetrar a través de los cortes de poda, por lo que es aconsejable realizar la pulverización foliar de otoño cuando el 50-80% de las plantas hayan perdido su follaje y, desde luego, antes de la llegada de las heladas.

La preparación de la pulverización depende del objetivo de la misma y de la especie vegetal que se vaya a rociar. Para los jardines más grandes, la pulverización química puede ser la más eficaz, pero incluso entonces se pueden utilizar técnicas de pulverización domésticas junto con la pulverización convencional para garantizar la eficacia.

La pulverización con aceite de naranja y aceite de parafina penetra profundamente en las grietas más pequeñas de la corteza de los árboles. Los aceites asfixian y secan a los insectos y hongos ocultos, matándolos para siempre.

No sólo en la cocina, sino también para las plantas del jardín, se puede utilizar bicarbonato sódico en una solución al 2% para repeler el moho.

El vinagre también puede utilizarse como espray para lavar, añadiendo de 0,5 a 1 litro de vinagre al 20% a unos 20 litros de agua. Es muy eficaz contra los insectos.

Sin embargo, hay plagas fúngicas graves, como la monilia, el enrollamiento de la hoja del melocotonero y la roña, para las que no hay más solución que los preparados de cobre convencionales.

Algunas plantas pueden ser susceptibles, por lo que siempre merece la pena probarlos.

La pulverización sólo será eficaz si se consigue una cobertura perfecta y si se trata todo el árbol. Además de la pulverización otoñal, la recolección y destrucción de las momias de frutos y hojas, la eliminación de las partes enfermas de la planta y el tratamiento de las heridas ayudan a prevenir la aparición de plagas.